jueves, 6 de diciembre de 2012

TÉCNICA DEL LINÓLEO



El linóleo es un material blando y de densidad muy uniforme, que permite ser tallado en todas direcciones por lo que se pueden conseguir detalles muy finos.
Con unas gubias se hacen surcos sobre la plancha de linóleo, estos  quedarán en blanco sobre el papel en el momento en que se hará la impresión.
Cuando el dibujo se haya tallado, se aplica tinta por encima, se pone el papel y con la ayuda de un tórculo (aunque podría ser cualquier tipo de material que ejerciera presión sobre el papel) se plasma. Es un procedimiento que permite hacer las copias que se deseen hasta que el resultado sea el esperado.
Esta técnica ya la había hecho hace unos años y por ello he decidió escogerla. Me ha gustado aunque es un tanto peligrosa, puesto que tenía que hacer excesiva fuerza y en ocasiones la gubia se me escapaba llegando incluso a clavármela en el dedo.


LA TÉCNICA DE LOS LÁPICES ACUARELABLES



El lápiz acuarelable es un lápiz de color que mezclado con agua, nos permite imitar la técnica de la acuarela, pero mediante un procesamiento más rápido, sencillo y seguro.
Este lápiz, por sus características, nos permite utilizarlo y conseguir resultados tanto en seco como en húmedo. Es decir, una vez realizada la ilustración con el lápiz de color, podemos parar en esta fase previa al humedecido, quedando un dibujo realizado en técnica seca o podemos posteriormente realizar el humedecido para “acuarelar” la obra.

He hecho el  dibujo de la siguiente manera:
 Lo primero  que hice fue dibujar por encima y a mano alzada la  Torre, a continuación lo pinté como si  fueran unos lápices normales , haciendo mayor hincapié en el cielo que era lo de mas difícil. Una vez tuve todo esto hecho, con la ayuda de un pincel y un pañuelo mojé con cuidado la lámina. Por último, únicamente con la ayuda de un lápiz marrón dibujé por encima la Torre Eiffel.
Me ha gustado tanto la técnica como el resultado que deja. 
Decidí escogerla, porque quería saber si los resultados eran tan similares a los de la acuarela y lo cierto es que no me ha defraudado.





LA TÉCNICA DE LA CERA BLANDA




Las ceras son unas barras de colores que se utilizan como los lápices, aunque es imposible mezclarlas antes de usarlas sobre el papel para crear un nuevo color, ya que son sólidas. Su manejo es bastante sencillo aunque no se deben dibujar los contornos con la cera y luego colorear el interior ya que esto produce un efecto poco real. Pero en general el resultado es muy bueno y el atractivo que en el dibujo produce, hace que la persona se recree en el mundo de lo plasmado.

Bajo mi punto de vista, la técnica es bastante sencilla y permite reconvertir el dibujo una y otra vez puesto que aprueba que se vuelva dibujar sobre lo trazado. Además, he decidido escoger esta técnica debido a no se parece en nada a la anterior y me apetecía innovar.




LA TÉCNICA DEL CARBONCILLO



El carboncillo fue el primer medio con el que el hombre comenzó a dibujar. A lo largo de la historia se ha ido adaptando a los diferentes estilos pero con escasa evolución, hasta que en el siglo XVII  se descubre el fijador; este sencillo avance técnico supuso que el carboncillo dejara de ser un medio dibujántico efímero, para consolidarse como uno de los medios de dibujo más nobles.
Proviene de de la madera carbonizado del bonetero, su polvo es muy inestable; esto representa una gran cualidad, es muy fácilmente manipulable y permite la realización de degradados tonales con un simple frotado de dedo, trapo o difumino.
El carboncillo permite la realización de una extensa gama de tonos que abarcan desde los más sutiles grises a los negros más profundos.
Por último destacar que la técnica del carboncillo puede llegar a ser muy amplia y recopila gran parte del resto de las técnicas de dibujo.
He decidido escoger esta técnica porque me parecía muy interesante a la vez que fácil. Pero sin embargo, ha sido la más difícil con diferencia de entre las técnicas que he llevado a cabo, pero me ha gustado el resultado y el trabajo ha sido gratificante.