El carboncillo fue el primer medio con el que el hombre
comenzó a dibujar. A lo largo de la historia se ha ido adaptando a los
diferentes estilos pero con escasa evolución, hasta que en el siglo XVII se descubre el fijador; este sencillo avance
técnico supuso que el carboncillo dejara de ser un medio dibujántico efímero,
para consolidarse como uno de los medios de dibujo más nobles.
Proviene de de la madera carbonizado del bonetero, su polvo
es muy inestable; esto representa una gran cualidad, es muy fácilmente
manipulable y permite la realización de degradados tonales con un simple
frotado de dedo, trapo o difumino.
El carboncillo permite la realización de una extensa gama de
tonos que abarcan desde los más sutiles grises a los negros más profundos.
Por último destacar que la técnica del carboncillo puede
llegar a ser muy amplia y recopila gran parte del resto de las técnicas de
dibujo.
He decidido escoger esta técnica porque me parecía muy
interesante a la vez que fácil. Pero sin embargo, ha sido la más difícil con
diferencia de entre las técnicas que he llevado a cabo, pero me ha gustado el
resultado y el trabajo ha sido gratificante.
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